Publicado el 22/03/2021

Un inolvidable paseo por Venecia

Cualquier expectativa que uno tenga de Venecia suele estar muy por debajo de lo que en realidad encontrara al llegar.

La primera visión es abrumadora, de este lugar increíble y bullicioso donde el agua y los barcos son parte dominante del paisaje en un lugar lleno de vida que parece no tener pausa.

El centro de la vida de Venecia se localiza en la famosa y bella Piazza de San Marco, que se llena de turistas en busca de una foto de la increíble Basílica  o del Palazzo Ducale, o que simplemente dejan pasar el tiempo tomando un café en uno de los tantos bares que se encuentran en sus alrededores. En un lugar ciertamente agradable pero bullicioso. Para muchos turistas Venecia parece limitarse a este lugar y a una serie de monumentos e iglesias que en la visión popular es lo que conforma Venecia.

Sin embargo, después de recorrer la ciudad con sus pequeñas  y estrechas calles y canales, alejándose de San Marco, uno se da cuenta que el alma de Venecia esta en otro lado. Y no digo que San Marco, el Puente de Rialto o el de los suspiros, o alguna iglesia o museo en particular no sean importantes. Sino que mucha gente se apega a la visita de los 4 o 5 monumentos que las guías señalan como más importantes pero no logran estar realmente en el lugar y descubrir sus particularidades y curiosidades.

Pero a veces esta bueno perderse en la ciudad. Simplemente salir a caminar sin rumbo por sus calles y canales, sus pequeñas plazas y mercados mezclándose con la gente del lugar, visitar antiguas tiendas y negocios que no son especialmente  para los turistas, descubrir antiguos palacios, iglesias ocultas y construcciones que muchas veces no figuran en las guías y adentrarse en su atmosfera tan particular. Observar el arte de siglos plasmados en sus paredes y rincones, esculturas, fuentes, antiguos murales que aun pueden verse. En esta ciudad maravillosa, en cada vuelta de esquina hay un mundo por descubrir.  Si bien el conjunto de islas que conforman Venecia es en sí pequeño en dimensiones, es tanta la concentración de atractivos y lugares interesantes que hay para descubrir, que para recorrer bien los diferentes barrios y zonas se requiere  no menos de tres días completos.

Alejándose  del centro turístico, en este caso de San Marco, se llega a los barrios donde vive la gente del lugar, el veneciano. Al recorrer sus calles tranquilas se siente una rara sensación, como de estar en una película antigua sobre todo en esta ciudad donde no existen los autos y todos se manejan en barcos, botes o lanchas. Castello, es por ejemplo uno de los barrios más grandes de Venecia con una construcción distinta, quizás no tan antigua y donde vive gente, me refiero a un lugar no tan turístico. De hecho, una gran parte del barrio está ocupada por el enorme astillero Arsenale. Un paseo recomendable es ver el atardecer sobre la Riva dei Sette Martiri, bordeando el Gran Canal y con una vista impresionante de las ciudad y sus islas, las cúpulas de sus iglesias y monumentos que se reflejan en el agua mientras el cielo parece una pintura de tonos amarillos, rojos y naranjas que se apaga lentamente.

Murano, Burano y Torcello son tres islas que se encuentran cerca de Venecia, dentro de la amplia laguna veneciana y su conjunto de islas. Se puede llegar  comprando un pase de 24 hs en el Vaporetto para poder hacer los trayectos que unen estos lugares entre sí. Saliendo desde el muelle de San Marco, la lancha bordea la isla dando toda la vuelta al barrio de Castello casi hasta su límite con Cannaregio, desde donde se adentra en la laguna en dirección a Murano, pasando por el cementerio, que es una isla solo para ese fin. El paisaje es sobrecogedor, lleno de contrastes, de islas e islotes por doquier, de antiguas y misteriosas construcciones que se adivinan entre la bruma fantasmal y los colores que dibuja el agua. Agua que sorprende por un hermoso color verde profundo, limpio, a veces con cierta transparencia y que por momentos parece tener cualidades hipnóticas. Al fondo, hacia el continente se ven  majestuosos los Alpes con sus cumbres nevadas.

Llegar a Murano  es un viaje al pasado en la máquina del tiempo. No tiene ese aire bullicioso que tiene Venecia con grandes barcos surcando los canales y sus calles llenas de gente. Es un lugar más tranquilo y relajado que invita a descubrir sus calles y canales con calma y sin prisa. Este lugar es famoso mundialmente por su industria del vidrio cuyas raíces se remontan a la época del imperio romano, pero su asentamiento definitivo a la edad media, cuando una ordenanza obliga a los fabricantes de vidrio a radicarse fuera de Venecia para evitar los continuos incendios que la actividad provocaba.  Hay muchas fabricas dedicadas a fabricar diferentes adornos de vidrio, incluso algunas que muestran al público como se hace este arte, que es todo un espectáculo y vale la pena dedicarle una visita. También a la infinidad de negocios que exponen y venden estos productos.  En Murano destacan varias iglesias y palacios, pero sobre todo sus casas de colores, algunas muy antiguas que conforman una postal imborrable de este hermoso lugar.

Nuevamente en el vaporetto, y atravesando canales e islas con paisajes bucólicos se accede a la pequeñísima isla de Torcello, un increíble viaje al pasado en un entorno rural, hoy escasamente poblada. Sin embargo en el pasado tuvo la mayor población de Venecia y llego a ser un lugar muy importante.  Desde el muelle, un largo camino rodeado de campos que bordea un pequeño canal  nos lleva al lugar más importante de la isla y principal atractivo que es la Catedral de la Asunción, construida en el año 639 y la iglesia de Santa Fosca, de los siglos XI y XII. El lugar es una especie de museo al aire libre, con estatuas, escudos, lapidas y construcciones antiguas dispuestas en los alrededores de la iglesia.  La escena se completa con algunos restaurantes y posadas que funcionan en edificios antiguos.

Finalmente y ya de regreso, la última parada es en la isla de Burano, un lugar maravilloso que destaca por sus casas pintadas de diferentes colores que conforman su postal más típica.  La invitación a caminar y recorrer sus canales y pequeños lugares nos permitirá descubrir sus contrastes y su gente.

La noche de Venecia es como intima en sus calles estrechas. Muchos bares y restaurantes ofrecen sus platos y especialidades al turista. Mesas en las calles, bullicio, copas. Hay opciones para todos los bolsillos y gustos, algunos de lujo sobre el Canal Grande. Sin embargo hay ciertos lugares que tienen una intimidad particular, sobre todo aquellos con una impronta mas local, donde es factible encontrar a los mismos venecianos reunidos cada noche para tomar una copa, entre risas y bullicios y por qué no disfrutar de las pastas y especialidades de cada lugar y claro, de un Spritz, que es el trago veneciano por excelencia. Uno de esos lugares es la Osteria da Bacco (Calle delle Rasse 1) con un ambiente agradable, jocoso y distendido donde por un precio accesible se pueden disfrutar de sus riquísimas pastas y donde los turistas comparten sus momentos charlando con las gente del lugar y compartiendo sus experiencias, y porque no una copa.

Los días en Venecia  serán maravillosos. Una experiencia inolvidable en la vida de cada persona que tuvo la suerte de conocer este lugar increíble y que seguramente, siempre soñara con poder regresar alguna vez en la vida.

 


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